LA VORÁGINE DE BRAGAS

Hace un par de semanas, como bien recuerdan mis queridos Cofranes se largaron a pasar el fin de semana en la fría capital. Yo entre tanto aprovechaba para pasar tiempo con la dama y claro, revolcarme en la envidia porque no tenía (sigo sin tener) un hijo de puta peso.

El día sábado salía yo de mi reunión de egresados de la Universidad cuando sentí una mano (con un guante que olía a pene) ponerme un pañuelo en la jeta con algún líquido. No recuerdo más.

Desperté una semana después en una especie de bodega, donde sólo encontré un video del cretino del Cagaplan (como te odio malparido) donde me hacía saber que estaba en su poder y que pronto me llevarían a Estados Unidos donde me torturaría él mismo cagandose mi vida. Mientras tanto, el maldito infeliz me obligó a oir a Britney Spears, ver “Notting Hill” y leer el blog de Felipene. Maldito desalmado, cada vez que me acuerdo no puedo evitar llorar.

Pude resistir altivamente un par de horas, hasta que leí el último post de Felipe y no resistí, le dije los más oscuros secretos sobre Kiny y Pino; como la vez que se besuquearon ebrios o cuando en Bogotá se levantaron unas viejas que resultaron ser travestis. Pero sorpresivamente eso no era lo que Cagaplan quería y siguió con la tortura.

Entonces, en un astuto movimiento usé el poder que el profe Wleimar sabiamente me había enseñado a controlar en mi adolescencia. Cagué y cagué sin control hasta que el olor fétido atrajo a la gente que estaba en los alrededores, los cuales me liberaron antes de morir asfixiados por mis pedos.

Me dí cuenta de que estaba en algún lugar del Urabá, en una bodega de alguna zona industrial. Tras caminar durante horas y avanzar sólo unos metros debido a mi patético estado físico, llegué a la carretera donde un amigable camionero maloliente me recogió. Conversando con don Baldomero, me enteré de que ya era Domingo 13 de Agosto, de que todavía tenía el culo cagado, y de todas las peripecias que tuvo que pasar don Baldo para curarse la Sífilis que se le pegó en un puteadero de Cartagena cuando chico.

Pero lo más intrigante es que don Baldo me mostró un volante que en toda Antioquia se estaba distribuyendo donde se ofrecía mucho dinero por mi captura, dinero ofrecido extrañamente por la Sociedad Colombiana de Urólogos. Tamaña curiosidad me causó ese hecho, también el hecho de que don Baldo no me hubiera delatado. Don baldo me confesó que los Urólogos habían abusado de él durante su tratamiento de la Sífilis entre lágrimas, y que por eso prefería ayudarme; los enemigos de los Urólogos eran sus amigos.

Que extraño, por lo general mis archinémesis de la medicina son los Nutricionistas. Pensé. Pero seguí mi camino con Don Baldo, hasta que en una redada en la selva del Darién los Urólogos nos interceptaron y don Baldo fue capturado. Yo escapé a la selva.

Sobreviví un par de días comiendo mocos y tomando leche de vaca que me robaba de una finca cercana. Hasta que descubrí que por una carretera cercana pasaban buses seguido. Me disfracé con hojas y mi barba de una semana y tomé el primer bus, el cual me dejó en El Banco, Magdalena. Los urólogos fueron engañados por mi disfraz y mi efectiva imitación Vallenata, llamándolos a todos primos, cogiendo todo suave y oliendo a chucha.

Sabiendo que no podía tomar la carretera, decidí tomar la Ciénaga y el agua hacia el popular puerto de Barrancabermeja, donde tengo familia y donde sudo a razón de cinco gotas por segundo. Así lo hice entre chalupa y chalupa lejos de los urólogos, llegué a la casa de mi tío Marcos que nuevamente me cobró el árbol que mi hermano alguna vez había secado de tanto vomitarle borracho. El pobre fue por lana y salió sin lana, porque le pedí prestado para el pasaje, dinero que no pienso pagar.

Así fue como llegué a mi ciudad ayer. Pero ahí no termina la cosa. Me reuní con el profesor Wleimar en su guarida de la UNOB y le conté lo sucedido. El maestro muy astutamente recordó que Cagaplan había sido circuncidado durante el colegio, generando muchas burlas por parte de nosotros los DCUSi-anos. Muy probablemente allí hubiese iniciado su gay nexo con los Urólogos, y su resentimiento. Pero sabíamos que el plan no se quedaba ahí, tenía que haber algo más.

Luego de pensar, cagar un rato y hacer monigotes con nuestros bollos, decidimos investigar en la red. Tras infructuosas búsquedas en páginas de pornografía de dibujos animados durante horas, decidimos entrar al web oficial de la Sociedad Nacional de Urología. Lo que encontramos fue aterrador para mí, y sumamente hilarante para Wleimar.

Aparecía mi fotografía, había sido reportado ante toda autoridad y establecimiento promotor de la salud del país como paciente de obligatoria circunsición. Aludían investigaciones que demostraban que si mi forro no se iba, el mundo estaba en riesgo. Había también un muy buen artículo sobre la Sífilis que le hubiera interesado a don Baldo. Se me aguaron los ojos e hice un momento de silencio por mi amigo maloliente.

Entonces, de inmediato recibí una llamada de Colsanitas. Ya sabían que yo estaba en la ciudad por una transacción bancaria que había hecho en la mañana de $200.000 para mis onces. Mi cirugía ya estaba programada y sólo debía hacerme unos exámenes. Amenazaron no sólo con retirar mi seguro, también con matarme. Todo estaba claro, la venganza perfecta de Cagaplan.

Entonces señores, fue así como empezó la nueva saga en DCUS. Seré circuncidado. Por supuesto este evento será ampliamente cubierto por DCUS y todos se enterarán de las vergüenzas.

Estén atentos…