PROFESOR WLEIMAR: VIDA Y SOBRAS

Se preguntarán los lectores: quién es, de dónde salió este personaje, que en bata blanca y con escarapela y poco pelo cubriéndole la cabeza aporta datos científicos tan valederamente empíricos a este blog.

Pues si, el profesor Wleimar nació en la ciudad de Cucaramanga en la década del 40. Desde la flor de la edad se interesó por temas de alta trascendencia filosófica como el por qué de la mierda, escribiendo a los 14 años un ensayo en la revista Semena, el cual fue altamente aplaudido por el comité seccional del semen y la caca de perro, que había sido creado por la administración municipal para desentrañar entre otros misterios la relativa violación a las leyes de la física y la química orgánica que era fácilmente observable en el sistema de letrinas operante por allá a mediados del siglo pasado, así como las propiedades alimenticias del semen, de alto contenido proteínico que en las postrimerías se utilizaría como método para combatir el hambre imperante en los cinturones de miseria de la ciudad, bajo el programa “vaso de semen”.

Tras un brillante desempeño en el examen de estado (HIMENS), Wleimar obtuvo una beca para adelantar sus estudios en cacología en la universidad de HARFART; donde lideró la tendencia de los grafointestinales, quienes buscaban explicar sus teorías al mundo mediante cagadas tántricas en las cuales a través de grafemas pilóricos compuestos básicamente por heces fecales, descifraron las desentrañables escrituras rúnicas.

Tras sus estudios en pregrado se mantuvo vinculado a la academia, logrando dos maestrías: en pedoscopia e historia grecorromana de la mierda. Ya por esos años, a mediados de los ochenta, dio un giro drástico en sus preferencias, cuando se vio fatalmente fascinado por los misterios del clítoris, o como el le llamaba “chiclecito mordisqueado”; regresando a su ciudad natal, donde en compañía de su amiga de infancia, la Dra. Perpetua Ovulancia, fundó la facultad de clitorología y etnoculeo de la universidad onanística de Bucaramanga. Por supuesto no se desvinculó por completo de la popo, como lo evidencian las investigaciones por el auspiciadas, y adelantadas por uno de sus más notables discípulos, el señor Joe Mojón, quien en un asombroso aporte a la humanidad desentrañó la hasta entonces insospechada pedosfera, y junto con ella, la eructosfera.

Entre sus trabajos más notables se hallan las obras: Qué son las heces?, publicada por primera vez en la revista english review of dog shit and shit eaters, El mito del bollo tamal (editorial caca duperly, 1976), teoría general de excreción (editorial desagüe, 1982), y un sinnúmero de ensayos que tratan la evolución del clítoris a través del tiempo, entre los que resaltan “el clítoris y el renacimiento” y “quiero morder tu flor”.

En la actualidad aún desarrolla proyectos de gran importancia en el centro de estudios etnoculeicos, y es el director general de la revista “cago 16”. No obstante, el proyecto que sigue más de cerca y que ha suscitado una increíble curiosidad en la comunidad gay y coprofílica del país, es la empresa “De chico usé supositorios”, administrada por tres patanes que han desarrollado las teorías de la popo hasta niveles antes impensables.

Pues si señores, esa era una breve reseña de este notable y eminente científico, ganador del premio Nóbel de la caca en 2002, y quien gustosamente nos ilustrará constantemente en los temas que para nosotros aún son oscuros. No queda otra cosa que recibir sus críticas con beneplácito y gran contento, así que recibámosle con gran estruendo intestinal, bollos en la cara para esta gran personalidad del mundo de la ciencia.